Entradas

lunes, 16 de enero de 2012

Love Letter

Puesta a rescatar cosas, rescato una ñoñada de hace dos años... !

--------------------------------------------------------

¿Qué se dice? ¿Hola? ¿Querido amigo? Pues como yo siempre he sido diferente solo diré: Una vez más...

Me llenó de gozo recibir una carta tuya. Sonará estúpido, pero cada semana espero con ansias a que llegue una más. Mis amigas incluso me han llegado a preguntar, que porque esa emoción por recibir otra de tus cartas. Dudo que alguna vez lleguen a entender lo que significan para mí estas cartas, aquellos encuentros…

Los echo de menos. Quizá ante otras personas no lo admita, ni siquiera admito que pienso en todo aquello, en algo lejano. Algo que era perfecto o mejor dicho, que rozaba la perfección, porque todos sabemos que la perfección en sí misma no existe…, solo la podemos rozar. Yo la rozaba en cada uno de aquellos encuentros, que ahora se han visto reducidas a cartas semanales…, a veces mensuales. Estas últimas son las más difíciles de esperar… Te hacen pensar, meditar… ¿Qué pasará el día que no llegué otra? ¿El día que yo misma me canse de contestar? Las pocas veces que lo he pensado, he llegado a la conclusión de que será cosa del destino. El destino nos dirá que hacer, introducirá nuevas personas en nuestras vidas y aunque nosotros quisiéramos nadar a contra corriente contra ese destino, acabaría llevándonos con él, solo a donde él quiera guiarnos. Como ahora, como siempre…, por mucho que pese y duela.

Hay gente que dice que el destino lo construimos nosotros, a base de las decisiones que tomamos cada día, de las alternativas que tomamos… Cada día tenemos la alternativa de rendirnos o de seguir hacía adelante. Lo único que tengo claro es que tomemos la decisión que tomemos el destino siempre nos acabara llevando al punto y que si pudiera retroceder este último año, no cambiaría nada. De no haber pasado lo que pasó, de no haber tenido un encuentro fortuito estoy segura de que el destino nos habría unido de otra manera.

Fíjate como son las cosas que me siento más unida a ti que a gente que tengo a mi alrededor diariamente, a pesar de que tu estás a kilómetros de distancia. Es algo tan extraño, a veces ni yo misma lo comprendo…

No recuerdo si en la última carta te llegué a comentar que me iba a París unos días, ya sabes negocios de mi madre y aprovechando que estoy de vacaciones me pidió que la acompañara, pues mira como es la vida que hoy estando aquí, en París (que por cierto es preciosa) me ha parecido ver a alguien que se parecía muchísimo a ti, ¿puedes creerlo? En París. Por un momento pensé que era un espejismo, una alucinación, pero al momento sentí que de ser más valiente habría ido a averiguar si eras tú…, que tontería, ¿no? ¿Para qué ibas a venir tú a París? Realmente es lo más absurdo que se me ha podido pasar alguna vez por la cabeza, empiezo a pensar que sueño demasiado despierta…

Posiblemente sueñe demasiado con esos ojos azules que tienes. Me miro al espejo y a veces tengo la sensación de que en mis ojos veo los tuyos y recuerdo todo lo que nos dijimos en un año y lo que no pudimos decirnos. Al menos tengo la suerte de seguir conservándote no solo en mis recuerdos, también en estas cartas.

Cuando me preguntas por mi vida… ¿qué te voy a decir a ti qué conoces todo de mí? Sabes que soy absolutamente torpe en todo lo que tenga que ver con el sexo opuesto, es más creo que empiezo a espantar a los chicos a mi alrededor y me pregunto porque tú te fijaste en mí. Porque me respondiste con una sonrisa y empezaste esta bonita amistad. Te lo agradeceré toda la vida, porque muchas veces eres la razón por la que estoy estudiando. Tú me empujaste a tomar la decisión a pesar de que me pesara tener que dejar esos encuentros. No se si para ti fue fácil, pero…, espero que alguna vez podamos volver a repetirlo. Aunque solo sea por los viejos tiempos…, nos consideraremos sentimentales que después de años se juntan donde una vez tomaban té con pastas y se contaban sus pormenores, sus miedos y sus alegrías, sentados en una mesa de aquel pequeño bar o de un café. Solo que entonces, cada uno tendrá su familia, su vida… y aún así espero que esto siga viviendo.

No quiero tener miedo de volver a encontrarte, algo dentro de mí me dice que seguirás siendo el mismo chico rubio y de ojos azules que conocí aquella tarde de invierno. Una tarde que pase lo que pase nunca olvidaré…

Espero que no tardes en responderme tanto como esta vez, ¿qué diablos estabas haciendo Charlie Jones? No creas que te estoy riñendo ni nada parecido, pero durante unos días, creí que no me ibas a volver a responder. Te habías olvidado al final de la chica rubia de ojos azules… ¡Enhorabuena muchacho! (Como habrás deducido bromeo, sigo siendo igual de bromista después de todo).

Ojala pudiera tenerte ahora mismo delante de mí y darte el abrazo que deseo darte y poder oír tu voz contándome esas anécdotas que siempre me han hecho reír. Nada, me tocará seguir resignándome y esperar a la próxima carta. Lo más personal que puedo recibir de ti.

Ahora es cuando te toca a ti contarme de tu vida, tus miedos y tus sensaciones…Yo te volveré a responder con la misma transparencia que siempre, no tengo nada que ocultarte y jamás lo haré. Eres demasiado importante para mí.

Sea lo que sea lo que está viniendo…, lo aceptaré.

Siempre tuya.
Prudence.

No hay comentarios:

Publicar un comentario