Montmatre, París, 1 de enero de 1887, fue donde nació Sutton siendo la
segunda hija de un matrimonio de artistas de un circo itinerante de Europa, que
se encontraba en el momento en que Niamh dio a luz en dicho barrio de la
capital francesa. Desde el momento en que nació el circo entero se convirtió en
su familia y no solamente su familia directa, eran todos ellos, en conjunto,
una gran familia. A pesar de haber nacido en Francia y por tanto ser francesa
legalmente, la verdad es que ni tan siquiera habla el idioma del país. Las
ventajas de ser parte de un circo itinerante, es que pasas por muchos países a
lo largo de los años y de tu vida. Sutton y su familia pueden presumir de
haberse recorrido Europa entera y haber visitado algunos países y ciudades
varias veces.
A la edad de cinco años, Sutton empezó a ser instruida para
convertirse en trapecista (al igual que su hermano) y acróbata, y que así
siguiera aumentando el número de artistas dentro del circo, aún así no fue
hasta los trece años que empezaran a actuar en conjunto, haciendo todos los
números los dos hermanos juntos. Con diecisiete años ya hacia acrobacias que
implicaban el uso de fuego y otros objetos peligrosos, pero a esas alturas no
tenía miedo a las alturas ni a ningún riesgo de cualquier tipo. Su vida tampoco
es que fuera nada del otro mundo, durante todos esos años, se pasaban un mes en
una ciudad haciendo espectáculos, recogían sus cosas y se subían al tren del
circo que los llevaría hasta otra ciudad. Viajar se convirtió en algo incluso
rutinario.
Por eso mismo nunca creyó ni esperó que su vida fuese a
cambiar tanto como su décimo octavo Otoño, cuando apareció un Ilusionista en el
circo buscando trabajo. Malcolm Adam Lynch era su nombre. Al pertenecer a la
élite del circo en cuestión, Sutton no tuvo contacto directo con él hasta
pasadas unas semanas. La división de las personas en el circo eran muy
parecidas a la división de las clases sociales, así que no era tan fácil que un
artista nuevo pudiera tener algún tipo de relación con aquellos que formaban
parte de esa familia desde hacia años. Sin embargo antes de aquel primer
encuentro si que le había visto por el circo y sus inmediaciones, su hermano le
había dicho en alguna ocasión que el joven ilusionista la había mirado en la
distancia de vez en cuando. Si fue casualidad o no, es un misterio, el caso es
que dos semanas después de que el joven llegase, una tarde entró en la carpa
donde ella estaba ensayando algunas acrobacias alegando que se había equivocado
de lugar.
El que Sutton no fuese una “diva” propició a que pudieran
mantener una conversación aquella misma tarde a partir de la cual empezó a
mantener una especie de amistad con el joven ilusionista que empezó a llevarla
a sus lugares favoritos del lugar antes de que partieran, así como a regalarle
cosas o sacarse alguna flor de la chistera con sus trucos de ilusionista. De
todos modos a pesar de haber crecido en aquel mundo del espectáculo, Sutton era
una muchacha fácil de impresionar, por lo que disfrutaba de todo aquello como
una niña pequeña. Poco a poco con el paso de las semanas, Sutton se empezó a
dar cuenta de que para ella aquel joven se estaba convirtiendo en algo más que
un amigo y otro artista del circo, hasta que el propio Malcolm le confesara una
noche lo que sentía por ella y comenzasen una relación de pareja. Decidieron
mantenerlo en secreto debido a la oposición de sus padres a que Sutton
mantuviera alguna relación con alguien que no hubieran elegido ellos. Para
Sutton fue una de las épocas más felices de su vida, hasta que un año más tarde
descubrió que estaba embarazada y algún miembro del circo la oyó decírselo a
Malcolm, contándoselo posteriormente a los Van Dijken que consiguieron gracia a
sus relaciones con el director del circo que Malcolm fuese expulsado aquella
noche, reteniendo a su hija junto a ellos y yéndose a la mañana siguiente a
toda prisa con destino a otro país sin que el joven tuviese constancia de ello.
Gracias a la forma de pensar de sus padres, Sutton pudo
seguir adelante con el embarazo, durante el cual al principio aún hacia
acrobacias que no conllevaban un riesgo importante y luego ya se encargaba de
tareas más pequeñas relativas al mundo del circo. La primavera siguiente a que
Malcolm desapareciera de su vida, nació en Florencia donde se encontraban en
aquellos momentos, el pequeño Vincent, siendo dos años más tarde cuando el
destino quiso que se volviese a cruzar con Malcolm. En esos dos años podrían
haber pasado muchas cosas, pero la suerte quiso que Sutton no se hubiese
comprometido con nadie.
Esta vez las cosas fueron bastante diferentes a la primera
vez que Malcolm se encontró con el circo. En esta ocasión no le dejaron
acercarse, llegando incluso a las amenazas si se acercaba a cualquiera que
perteneciera a circo. Fue la propia Sutton la que se armó de valor esa misma
noche, cogió todas sus pertenencias metiéndolas en una maleta, el dinero que le
pertenecía, y al pequeño y dormido Vincent y dejó atrás a la única familia que
había conocido hasta entonces, dejando una carta dirigida a sus padres y
hermano. Fue hasta la ciudad junto a la que habían instalado las carpas y el
circo en general, donde encontró a Malcolm en el único hotel de la zona (lo
cual también fue una suerte). No tenía intenciones de volver a su antigua vida
y conscientes de que si esperaban a la mañana siguiente para irse podían
encontrarles y obligarla y forzarla a volver a “su hogar”, decidieron irse
aquella misma noche y alejarse todo lo posible de París. Sí, curiosamente
Sutton abandonó a su familia y al circo en la misma ciudad donde nació y empezó
a formar parte de todo aquello.
El siguiente destino la pequeña y recién reunida familia,
fue Irlanda, el lugar de nacimiento de Malcolm y también curiosamente de la
madre de Sutton, donde pasaron sus siguientes dos años de vida, en los que
Malcolm trabajó como Ilusionista y ella le ayudaba con sus trucos, durante este
período de tiempo también formalizaron su relación casándose. A los seis meses
de cumplir los veinticuatro descubrió que volvía a estar embarazada, lo que no
alteró los planes de la familia de viajar hasta Londres para tomar el Titanic e
irse a América, motivo por el cual la pequeña Savannah nació tres meses antes
de embarcar en la capital del Reino Unido.
¿Qué esperan los Lynch en América? Además de un cambio de
aires (y alejarse más si cabe de la familia de Sutton) esperan encontrar la
oportunidad de enrolarse en algún circo itinerante de América, pues después de
todo es parte de la vida de ellos… o seguir con el empleo de ilusionismo por su
propia cuenta sin tener que depender de nadie.
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